viernes, 1 de mayo de 2009

Los dos hombres de mi vida

Los hombres de mi vida, trajeados, guapos, elegantes. Se han echado colonia para estar radiantes, es una ocasión especial.
 Los ojos de mi hermano brillan con mucha intensidad, en ese tono azul que te funde pero que a la vez es tan cálido, tan dulce. Son esos ojos los que me hacen creer que vuelvo a tener cinco años, durmiendo en aquella pequeña cama la noche de reyes apretujados los dos, yo víctima del pánico y él, que siempre me siguió el juego. Hoy también lleva puesta su sonrisa de todos los días, torcida y todavía vergonzosa, pero amplia, clara, dulce, preciosa, la que me hace, ahora a mí, seguirle el juego.

A su lado mi padre, fumandose un marlboro, como lleva haciendo toda su vida, mentira, de joven fumaba ducados rubio, en aquella época en la que conducía una vespa rosa y era el socorrista guaperas con el bañador ajustado, anda que no ha llovido...Mira todo lo que le rodea, toda esa paz de una mañana en su hogar. Esta es su vida ahora, sonríe y comienza a tararear aquella canción que ni siquiera le gusta, simplemente, porque le gusta cantar, porque es feliz, para que su hijo le diga que se caye con tono jocoso...